viernes, 2 de julio de 2010

La indiferencia acaba, justo cuando se meten con nosotros...

Sin duda alguna viviendo en un país en donde los titulares de asesinatos, secuestros, extorciones, asaltos y demás manifestaciones de violencia, están a la orden del día, es inevitable que muchos vean o veamos la violencia y la falta del Estado de Derecho en el país como algo normal, algo sin compostura, algo que hasta cierto punto llega a ser tomado sin importancia.

Pero ¿y qué pasa cuando el agredido resulta ser uno de nosotros o alguno de nuestros seres queridos?, entonces ahí, sí pregonamos a diestra y a siniestra lo malo que es el gobierno o más bien el partido de gobierno, porque en un país en donde no se tiene un proyecto de nación a largo plazo no se puede hablar de Estado, pero ese es otro tema...

La cuestión acá, es que no es hasta entonces, cuando nos vemos agredidos o en peligro, que realmente abrimos los ojos y nos damos cuenta de la clase de país en el que vivimos, es ahí cuando nos dan ganas de cambiar el país o en su defecto de salir huyendo y dejar que la maldita violencia y corrupción acabe con los que se queden.

Este asunto los últimos días ha estado rondando mi cabeza y estoy segura que no soy la única ni la primera que lo piensa, pero entre muchas preguntas que diariamente me hago me pregunto ¿En realidad ya nos volvimos indolentes a la desgracia que viven miles de familias asotadas por la violencia o en realidad es un asunto de acomodamiento y falta de.... solidaridad social, entre otras cosas?, ¿Por qué cuando nos suceden las cosas o las vemos de cerca nos conmovemos ante lo que día a día viven cientos de guatemaltecos que por no ser oligarcas, intelectuales, o influyentes políticamente pasan desapercibidos?

¿Hasta cuando pensamos empezar a actuar por Guatemala? ¿Hasta cuándo vamos a dejar de actuar con apatía ante la desgracia que se vive en el país?... Tendremos que esperar a que agredan a un ser querido o a nosotros mismos para empezar a exigir, a aquellos, en los que hemos delegado la soberanía para su ejercicio, que cumplan con los deberes básicos del Estado promulgados en la Constitución, como lo son la protección a la persona y las garantías esenciales e inherentes al ser humano como la vida, justicia, seguridad, o peor aún será hasta que suceda eso que empecemos como ciudadanos consientes a cumplir con nuestros deberes sin recurrir a actos que solo fomentan la corrupción, así sea de la forma más mínima....

¿Cuándo entenderemos que ya basta de quejarse y quejarse sin realizar un cambio en nosotros? Ya basta de echarle la culpa de las desgracias del país a los nefastos funcionarios públicos, debemos empezar por educarnos y recordar muy a nuestro pesar que hay mucho de cierto en aquella frase que cita: "cada país tiene el gobierno que se merece"
Ojalá empecemos a hacer algo por nuestro país antes que la violencia nos azote de cerca, antes que el día que nos llegue, seamos tan mediocres que ni siquiera tengamos la solvencia de decir, "yo estaba trabajando en cambios para mi país, aunque fuera de la forma más mínima"....

Solidaridad con aquellos seres cercanos que vivieron la violencia de cerca y me hicieron pensar en qué estoy haciendo realmente por cambiar mi país...

No hay comentarios: